madre e hijo fundidos en un abrazo piel con piel
CRECIENDO

Piel con piel a cualquier edad o cómo educar desde el amor

Hacer piel con piel no tiene límite de edad.

Porque las muestras de cariño y el contacto físico son una manera de volver al centro. De educar desde la calma y la conciencia.

Hoy queremos visibilizar el poder terapéutico de la conexión piel con piel para el desarrollo emocional, a medida que se van cumpliendo años.

Este artículo es una reivindicación, así como hiciera el pediatra Carlos González en su libro «Bésame mucho», para educar desde el amor.

Una invitación para relacionarnos desde el cariño, abrazando, arropando y poniendo el cuerpo para sentirnos cada día.

 

bebé jugando con toca y adivina masaje sensorial

Más allá de los beneficios del primer contacto piel con piel, —que a día de hoy está más que contrastado por la ciencia— y que es un derecho de la madre y su recién nacido.

El impacto del piel con piel en el desarrollo físico, emocional y social 

La piel es el órgano sensorial más grande del cuerpo.

Nos permite sentir el frío o el calor, o incluso el aire que nos eriza la piel. Esta información es vital para entender el mundo.

Pero más allá, la piel también emite una respuesta emocional, por ejemplo al miedo o al placer.

Está contrastado por más de 100 estudios científicos que dar y recibir abrazos tiene beneficios directos sobre nuestra salud. Pero no hace falta que te lo digan desde la Universidad de Harvard o Wisconsin.

Tú, como madre, esto ya lo sabes:

Tus brazos son su lugar seguro.

Tu peque se siente a salvo cuando te tumbas a su lado a contarle un cuento y se relaja hasta conciliar el sueño. Y a medida que sabe que puede volver a tu cuerpo, desarrolla su autoestima gracias a esas muestras de cariño.

Los 6 beneficios más relevantes del contacto piel con piel para el bienestar emocional

¿En qué momento han intentado convencernos que las muestras de cariño, el tomar a tu peque en brazos cuando está llorando o acurrucarte a su lado para que coja el sueño es malcriarlo?

Sentimos que estamos perdiendo el norte de lo que realmente importa.

Porque la oxitocina que desprende tu peque durante un abrazo, el bienestar que siente mientras le acaricias la espalda o la tranquilidad que le transmites despertándole con mimos, le hacen más empático.

Y por tanto, mejor persona.

 

Tiene beneficios inmediatos, pero también un impacto mucho mayor para su bienestar y el desarrollo emocional:

  • Favorece el desarrollo emocional y social. El contacto piel con piel ayudará a tu peque a sentirse arropado y seguro. Lo que es esencial para desarrollar su autoestima y confianza en sí mismo.

 

  • Fortalece el vínculo y la conexión con tus hijos favoreciendo el apego seguro. Crear ese ambiente de confianza, conexión y respeto a través de la comunicación no verbal, que ayuda a que fluyan también las palabras.

 

  • Mejora el desarrollo cognitivo. El contacto piel con piel estimula el cerebro y favorece el desarrollo de las habilidades cognitivas, como el aprendizaje, la memoria y la atención.

En el libro «La Terapia del Abrazo» de Kathleen Keating, aseguran que los abrazos de más de 20 segundos favorecen el buen desarrollo de la inteligencia de los más pequeños.

 

  • Reduce el estrés y la ansiedad porque el contacto es un estabilizador natural. 

De ahí que un abrazo reconforte al instante porque tiene un impacto directo en la segregación de hormonas. Es por eso que ayuda a los niños, niñas, adolescentes —y por supuesto, también a los adultos— a relajarse y a reducir los niveles de estrés y ansiedad.

  • Fortalece el sistema inmunológico y ayuda a combatir las enfermedades.

En definitiva, la muestras de afecto físico y la conexión piel con piel es la mejor manera de conseguir que crezcan sanos y felices

Es más, aún cuando somos adultos seguimos disfrutando de todos estos beneficios.

Por eso nos parece tan difícil de comprender porque, a medida que nuestros peques van cumpliendo años, dejamos de lado ese piel con piel.

 

Convierte los momentos cotidianos en conexión piel con piel 

En muchas ocasiones, estos ratitos de conexión surgen de forma espontánea. Tirados en la cama o sobre la alfombra.

Pero es importante que dediquemos tiempo en nuestro día a día para bajar revoluciones y conectar a través de la piel.

Slow life en familia: disfruta de un estilo de vida más consciente

Porque arrejuntarse para contar un cuento a la hora de dormir, es maravilloso, pero solemos estar cansados y con el foco en terminar el día.

¿Y si buscamos ratitos cada tarde, de forma consciente, para los mimos y arrumacos?

 

Rituales para conectar a través del tacto 

Seguro que alguna de estas actividades donde entre en juego el tacto y el piel con piel con tu peque no se te había ocurrido o te resultan sencillas de incluir en vuestras rutinas de cuidado:

Rodillos toca y adivina

Los rodillos toca y adivina devuelven al centro la importancia de sentir a través de la piel.

Hacer cosquillas y cariños siempre será una de nuestras maneras favoritas de conectar.

La dinámica es muy sencilla. Este juego propone dibujar formas con rodillos en la espalda de tu peque para que intente adivinar cuál de los 4 estás usando con Toca y Adivina. 

Un juego natural y sensitivo para crear una conexión especial mientras pone a prueba su sentidos

 

Masajes reconfortantes en forma de juego

Las cartas de Kulunka te guían para que cada sesión de masajes, cosquillas y cariños sea diferente.

Toda una serie de propuestas para disfrutar en familia de momentos únicos de diversión y conexión.

Cuentos con la linterna

¿Y si apagamos la luz y contamos historias? La conexión es el resultado de unir en la ecuación el tumbaros juntos en la cama, la emoción de crear un ambiente distinto y dejar volar la imaginación.

Tu aliado para la meditación y la calma

¿Has pensando en crear un espacio de meditación y calma con tu peque?

Nos gusta la idea de tener meditación guiadas, con Morphee, para acompañarlas de caricias, masajes o simplemente tumbaros juntos y dejaros llevar por la música relajante.

Enseñarle a respirar, a sentir cómo afecta el inspirar y expirar es un aprendizaje para toda la vida.

La hora del baño

Desde el tacto de una esponja natural por la espalda a mojar su piel con cuidado estimula los sentidos y libera las emociones. Eso sí, dejando a un lado las prisas.

Levantarse y acostarse con caricias o cosquillas

¿Has probado a tumbarte a su lado por la mañana y despertarle con caricias en la espalda? Qué gozada empezar el día sintiendo a través de la piel.

O algo tan sencillo como untar crema hidratante después del baño. Además de reconfortante, es saludable para tu peque sin importar su edad.

 

En definitiva, volver a lo esencial 

A veces, es tan sencillo como poner mirada en cada acción del día a día y dejar de ir en automático.

Porque incluso cuando llega el viernes, estás cansada y la alternativa es comer algo rápido viendo una peli en el sofá, esos cariños que le haces en el brazo, acurrucados, estás nutriendo a tu pequeño.

Cultivemos la ternura, demostrando cariño y dando calor a las personas que nos quieren, nos arropan y nos acuerpan.

Empezando por nuestros peques.

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