Un viaje con niños puede ser un aprendizaje inigualable para ellos si consigues que sean plenamente conscientes de la experiencia
Si has hecho un viaje con niños alguna vez habrás experimentado estas dos sensaciones: agotamiento y un poco de pena porque olviden lo vivido esos días.
Lo primero es inevitable: viajar con niños es agotador. Pero podemos evitar que caigan en el olvido las experiencias, los lugares y las culturas hasta entonces desconocidas.
Como siempre, la solución es involucrarlos desde el principio.
Y merece la pena porque hacen falta muchas horas de estudio para igualar el aprendizaje que puede aportarles un viaje.
¿Ya tienes destino para este verano? ¿Y se lo has contado a los peques?
No me refiero a «comunicarles» el lugar que visitaréis. Ponte en su lugar. Si le dices a un niño que dentro de unas semanas estaréis de vacaciones en Portugal, es probable que el niño no entienda nada porque:
- No entiende muy bien qué son «unas semanas».
- No sabe qué es Portugal.
- Tampoco sabe muy bien qué son unas vacaciones.
Se juntan unas cuantas ideas que a los niños les cuesta comprender: la organización y paso del tiempo y la organización geográfica y su lugar en el universo.
Los niños digieren mal los conceptos abstractos. Pero asimilan casi cualquier cosa si pueden hacerlo a través de sus sentidos. Si pueden verlo y tocarlo.
¿Cómo podemos hacer tangible un viaje? Con mapas.
Haz que visualicen el viaje, el recorrido. Antes de partir y también a la vuelta.
Es la mejor forma de que comprendan a dónde vais, el desplazamiento, lo que encontrarán allí … y también que después lo recuerden.
Antes del viaje:
Si comprenden desde el principio lo que va a ocurrir, los niños se sentirán más seguros y motivados, tendrán una actitud más positiva durante el viaje y exprimirán la experiencia.
Será su aventura y aprenderán mucho, pero necesitan sentirse partícipes. ¿Cómo hacerlo?
Despierta su curiosidad. Y lo tienes fácil porque los niños son curiosos por naturaleza.
Coge un mapa y muéstrale físicamente vuestro destino. Intenta relacionarlo con cuentos, leyendas locales, películas, personajes… Cuéntale una historia.
Ya sabes que los cuentos atrapan su atención como nadie.
También podéis hacer un mapa de ruta. Serán conscientes de las distancias, del desplazamiento, la geografía…
No te vas a librar del «cuánto falta», pero puedes invitarles a consultar vuestro mapa de ruta para encontrar la respuesta.
Si no tienes ningún mapa en casa que pueda resultarles atractivo, te recomendamos estos:
- Mapa del mundo en vinilo.
- Mapa del mundo en puzzle.
- Mapa de España, también en puzzle magnético.
Después del viaje
A la vuelta, ¿reforzamos todo lo aprendido? ¿Lo anclamos a su memoria?
Vuelve a sacar el mapa y, para refrescarles la memoria, añade fotografías de vuestro viaje.
Es un buen método para activar sus recuerdos. Al fin y al cabo, la fotografía es eso: capturar momentos para revivirlos después, ¿verdad?
Si asocias cada lugar a un momento especial para ellos, tendrán un punto de referencia y no olvidarán esa ciudad.
Por ejemplo, aquel viaje inolvidable en tiovivo. Imprime la foto y sitúala en un mapa.
Recordad entre todos cómo se llamaba la ciudad, dónde estaba, qué comisteis… Esos nuevos sabores, olores, ese baile regional tan curioso.
Puedes incorporar fotografías de otros viajes pasados, activar todos esos recuerdos y asociarlos a distintos puntos de la geografía.
Así sacarán todo el jugo a la experiencia.
Viajar nos enriquece a todos, también a los niños. Ganan capacidad de observación, de reflexión, de adaptación, y es la mejor clase de Geografía e Historia que pueden recibir.
Pero necesitan sentirse parte del plan.
Demuéstrales que lo son y aprovecha para vivir ese viaje junto a ellos. Antes, durante y después.
El verano nos brinda una oportunidad de frenar, estrechar lazos y aprender juntos que no vamos a desaprovechar, ¿verdad?
Tenéis un blog increíble y unos juguetes maravillosos. Me tenéis conquistada. Besiños
Muchas gracias Nerea. Tus palabras nos motivan para seguir con más ilusión todavía.
Un beso
Esa es mi filosofía. Yo creo que viajando aprenderás mucho. Y no debemos frustrarnos por cuestiones prácticas.