La cronología ideal para viajar con niños y 15 juguetes que querrás tener a mano
Este verano no vamos a discutir. Por fin se acerca ese viaje que llevamos esperando todo el año y lo vamos a disfrutar todos. Niños y mayores.
No va a haber gritos, ni perderemos los nervios, ¿vale? Esta vez vamos a prepararnos bien para el viaje, pensando en lo que necesitamos todos para disfrutarlo.
Porque nosotras siempre pensamos en ropa, calzado, termómetro, tiritas, aguja e hilo por si acaso, cargadores para el móvil… Y cuando preparamos la bolsa de los niños seguimos el mismo patrón. Pero ellos no son adultos y eso es algo que tenemos que asimilar desde ahora mismo si queremos disfrutar de las vacaciones.
Los niños no entienden un viaje como nosotras, ni lo viven del mismo modo, ni tienen nuestras mismas necesidades. Y si no organizamos las vacaciones pensando en todos los miembros de la familia, terminaremos discutiendo.
Si queremos disfrutar de nuestros momentos de adulto, tendremos que reservar para ellos sus momentos de niño. «Win – win». No puede ganar siempre el mismo.
Y si no queremos sufrir el acoso y derribo habitual de preguntas y quejas, tendremos que darles alternativas para sus momentos de aburrimiento.
Solo necesitamos «herramientas» y tener esto en cuenta: el viaje no puede comenzar cuando arranca el coche y terminar cuando lo aparcamos de nuevo nuestro garaje. Para que el niño viva cada viaje con interés, éste tiene que comenzar mucho antes de salir y terminar después de volver a casa.
Enseguida vas a entenderlo. Hoy vamos a hacer la cronología ideal de un viaje con niños y haremos una lista con 15 juguetes que nos ayudarán a que sea un éxito.
Antes de salir de viaje
Si le dices a un niño pequeño que el día 1 de julio os marcháis de viaje a Lisboa, no entenderá nada.
¿Que es Julio? ¿Qué es un viaje? ¿Qué es Lisboa? No entiende nada. A los niños les cuesta comprender los conceptos temporales, espaciales y geográficos.
Y si no lo entiende, no tendrá ganas de hacerlo.
Motívale. Coge un mapa para niños, enséñale físicamente lo que vais a hacer, cuéntale una historia que pueda entender.
En el enlace te proponemos 3 mapas diferentes que te ayudarán.
Es tan simple como lograr que el niño tenga las mismas ganas que tú de salir de viaje. De lo contrario, sabes qué ocurrirá en el coche, ¿verdad?
Durante el trayecto
Bueno, ya estamos en el coche, tren, avión… Todos motivados con ganas de vivir esta experiencia juntos. Pero claro, no va a ser un camino de rosas. El aburrimiento llegará enseguida.
Cuando tú te aburres en el coche escuchas la radio, charlas un rato o te quedas pensando en las musarañas mientras miras al infinito. Aburrirnos puede ser un placer a veces. Pero recuerda: los niños no son adultos.
¿Qué harán cuando se aburran? Querrán jugar. Y por qué no dejar que lo hagan. Hay muchos juguetes perfectos para un viaje en coche.
Tus grandes aliados serán los juegos magnéticos o cualquiera que evite que las piezas se caigan. Por ejemplo:
- Un laberinto magnético.
- Los botones de enhebrar
- Un power clix
- Una flor para tejer.
- Juegos de lógica como el Rush Hour.
En tu destino
Tu quieres descansar, conocer un lugar nuevo, desconectar… El niño quiere jugar.
No es un adulto, nuestro mantra particular para disfrutar de este viaje.
Por supuesto, tendrá que comprender que vamos a hacer cosas nuevas y que no le gustarán siempre. Pero después de la cal, tendrá que venir una de arena. Tiene que poder jugar si no queremos pasar el viaje con los nervios de punta.
¿Ideas que te salvarán?
- Un mikado
- Juegos de cartas como el Pio pio.
- El Dobble
- El super six
- Cuentos de bolsillo como los Minilibros para soñar.
- El saquito de rocas de colores
- Los dados para contar historias story cubes
Y un bonus track imprescindible en nuestra casa: el patinete Globber.
A nosotras el año pasado nos salvó. Después de mucho tiempo pudimos volver a disfrutar del turismo, de ‘patear’ una ciudad y conocerla a fondo.
Fue recuperar algo que la maternidad nos había confiscado y, desde entonces, tenemos al patinete en un altar.
De vuelta a casa
El viaje no empieza cuando arrancamos el coche ni termina cuando aparcamos en casa. Tenemos que redondear la experiencia para que los niños recapitulen, guarden en su memoria lo vivido y quieran repetir.
No sólo estaremos convirtiendo el viaje en un aprendizaje, también estaremos sembrando su interés por repetir la experiencia. La próxima vez, motivarles estará chupado.
Así que vuelve a sacar los mapas y añádele vuestras fotos, como te proponíamos aquí. ¿Qué te parece la idea?
Seguro que tú tienes algún truco más que se nos ha escapado. ¿Nos lo cuentas?