Seamos sinceros, los bebés no juegan. Hacen algo mucho mejor: EXPLORAN.
Y los reflejos multiplican su instinto innato de exploradores.
Supongo que habrás oído tantas veces como yo eso de “los bebés nunca juegan solos, no sé para qué les compran juguetes”.
Y no les falta razón.
En primer lugar, porque los bebés no juegan. Mejor dicho: no hacen eso que entendemos los adultos por jugar.
Ya sabes: entretenernos con algo que nos divierte y pasar un buen rato enfrascados en ello.
Para ellos, jugar no tiene esa motivación lúdica.
No esperes eso de un bebé. Ni tampoco de cualquier niño. Para ellos jugar no significa eso.
Un bebé que acaba de llegar a este lugar extraño y desconocido que es el mundo, lo único que quiere es descubrir qué demonios es esto, cómo funciona y cuál es su lugar.
Así que, en cuanto tenga la más mínima oportunidad, va a sacar su instinto de explorador para llegar a alguna conclusión.
Y claro: los juguetes como tal no le dicen mucho.
Una cuchara de palo, sin embargo, puede mantenerle concentrado unos cuantos minutos.
Ahí hay madera, texturas, temperatura y mete ruido si la golpea contra el suelo. Es una mina de información aunque a ti te parezca un objeto común sin el más mínimo interés.
Pero si las cucharas, las pinzas o los trapos despiertan su alma de exploradores, cuando el objeto que dejamos a su alcance provoca algún tipo de reflejo, tu bebé se convertirá en el mismo Indiana Jones.
¿Qué está pasando ahí? ¿Quién es ese que se refleja? ¿Es él mismo? ¿Y qué está pasando con la luz y los colores que se reflejan por todas partes?
Ponte por un momento en su lugar. Eso es un hallazgo extraordinario.
Sus 5 sentidos se pondrán a pleno rendimiento.
¿Quién quiere juguetes si puede investigar un objeto que cambia continuamente de aspecto y provoca reflejos inesperados a su alrededor?
Mientras explora los reflejos, estará aprendiendo todo esto:
- Descubrirá cómo funciona este mundo y cómo se comportan los materiales que van a rodearle en resto de su vida.
- Entrenará sus sentidos, todos ellos, para enterarse de todo lo que quiere saber.
- Ganará habilidad manual y coordinación al manipular objetos.
- Empezará a tomar decisiones y a hacer pequeños gestos de autonomía personal.
- Desarrollará su concentración y tú sabes lo valioso que es esto en un niño pequeño.
¿Y qué podemos hacer nosotros para ayudarle?
Ponte a su lado y observa.
Sé que te cuesta dejar de intervenir y de decirle la que tú crees que es la forma correcta de hacer las cosas. A mi también. Pero tenemos que conseguirlo.
Con nuestra presencia le basta para sentirse seguro. No le hace falta nada más. Tú bebé irá descubriendo por sí mismo cómo funciona todo y así lo aprenderá para siempre.
Sólo deja a su alcance un objeto que provoque reflejos y observa.
“No se enseña a un niño a desarrollarse. Lo que se puede hacer es multiplicar en torno a él, las ocasiones para un desarrollo natural”, María Montessori.
Supongo que ahora mismo estás pensando qué objetos pueden acompañar a tu hijo en la aventura de explorar los reflejos, así que te dejo aquí mismo 7 ideas que nunca fallan:
- El espejo con asas >>
- El espejo cóncavo y convexo >>
- Las bolas de reflejos >>
- Los bloques traslúcidos con sonidos >>
- Las placas de reflejos >>
- Los bloques sensoriales de espejo >>
- El set de bolas con textura y luz >>
Si tienes alguna duda sobre cómo estimular a tu bebé con materiales que despierten su interés de verdad, somos todo oídos.
Interesante y lindo. Dónde se concigue en Montevideo, Uruguay.
Saludos
Louise
Buenos días,
Hacemos envíos internacionales. Escríbenos un email a [email protected] con los materiales que te gustaría comprar y te calculamos los gastos de envío. Un saludo