Entramos en diciembre y con ello entramos en caída libre hasta las navidades. Es más, en las redes sociales ya están que sí decoración, recetas especiales por aquí y villancicos por allá.
Suena «!Oh, dulce Navidad!»…
Sin embargo, no son dulces para todas las familias. Quizás para ti tampoco.
La celebración de las fiestas y los días que rodean a la Navidad (cada vez desde mucho antes), están llenas de excesos.
Para los peques son una etapa del año que disfrutan a tope, porque la viven con mucha ilusión. Tanto es así, que como padres resulta contagioso.
Claro que también vienen cargadas de comidas, regalos, quedadas con amigos, actividades… y también preocupaciones por los gastos, la conciliación, y por supuesto, las ausencias.
En definitiva, la intensidad está garantizada.
Visto así es de lo más normal que te encuentres revuelta y que, aunque quizás no lo digas en alto, estas fiestas se te hagan bola.
¿Y cómo surfear estas fechas para vivir de acuerdo a tu sentir sin perder la cabeza?
La respuesta rápida es que no se puede contentar a todo el mundo.
Todas estas emociones hay que gestionarlas. Y no solo en los niños, sino también en el resto de la familia. Empezando por las tuyas propias.
Pon en la balanza tus necesidades y toma decisiones que os ayuden a vivir la Navidad de la manera que os pida el cuerpo en tu casa.
Puedes empezar por:
1. Elige priorizarte a ti y a tu familia
Así que toca ser sinceros y poner en la balanza lo que sentís que necesitáis y lo que viene impuesto por el ritmo frenético en el que vivimos.
- No pasa nada si esta tarde no vais a la quedada de los amigos del cole.
- No se acaba el mundo si hoy elegís quedaros en casa y bajar revoluciones.
- No es necesario sumarse a todo, más si eso no va con vuestros valores o creencias.
Hablar de las emociones a través del juego siempre es una manera fantástica de dejar fluir y compartir lo que sentís en casa.
Si hay algo que te hace sentir incómoda, dale una vuelta y plantéate por qué lo haces. Si la respuesta es “por los demás”, “porque es lo que se espera de mí” o cualquier otra razón ajena a ti y los tuyos… elige ponerte en el centro para respetar vuestros propios ritmos.
Esto nos lleva de la mano a la segunda propuesta:
2. Pon los límites que sean necesarios para sentirte en calma ( y esto aplica para cualquier época del año)
Seguro que ya lo sabes, pero poner límites es incómodo.
Surge de la necesidad de afrontar una situación que genera conflicto y anteponer tu bienestar y el de otra persona.
Estas cartas te ejercitan en el pensamiento positivo a través de 30 actividades mindfulness para toda la familia. Inspiradas en la naturaleza y en el best-seller internacional Con calma.
En navidades es muy frecuente que quién tense la cuerda sea tu propia familia. Aquí empieza el runrún que se convierte en una carga mental tremenda.
- Que si la abuela quiere regalarle tropecientos juguetes.
- Que si en el grupo de amigos compran golosinas cada tarde.
- Que los demás hacen “X” y sentimos esa presión que va en contra de lo que sentimos que necesitamos…
En definitiva, es fantástico que cada familia sea distinta y que socialicen en base a sus creencias. Faltaría más. Pero cuando se trata de «invadir» el espacio personal y de toma de decisiones de TU familia, lo que opinen los demás no debería pesar tanto. ¿No crees?
Sabemos que es más fácil decirlo que llevarlo a la práctica.
Entonces, ¿cómo hacerlo? Siendo honestos, explicando tus motivos con amabilidad, pero también con firmeza. Porque no se trata de que los compartan, sino de que los respeten.
La comunicación de forma asertiva es fundamental para poner límites.
Por último, queremos darte un empujoncito para que te permitas bajar el ritmo. Y de paso, la autoexigencia.
3. Reduce expectativas
Este es un gran tema porque nos hemos acostumbrado a vivir en la superabundancia. Llevamos un ritmo de vida tan frenético que a unas fiestas señaladas como la Navidad cuesta darle un plus.
¿Y qué sucede? Que se nos va de las manos.
Te invitamos a:
- Dar un paso atrás en la manera exagerada de consumir que se vive estos días (en esto queremos profundizar la semana que viene y darte alternativas).
- Desterrar la idea de que tu casa tiene que parecer la Plaza de España el día del alumbrado.
- Divertirte con las cosas pequeñas, sin exigencias ni obligaciones.
Tus peques lo que necesitan es sentirte cerca. Que cuando estés, conectéis a través del juego o la lectura.
Al final se trata de aprovechar estos días para seguir fortaleciendo vuestro vínculo.
Así que por favor, deja aquí mismo todas las exigencias que te pesan y disfruta también de pasar tiempo con ellos.
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Para facilitarte la tarea, queremos regalarte este imprimible con 24 actividades para hacer con los peques estas navidades (o cualquier tarde del año).
No hace falta que las hagas todas. De hecho, ni siquiera es necesario que hagas ninguna si no quieres. Pero si te sirve de inspiración y os regala un ratito divertido en familia, nosotras nos damos por satisfechas.
En conclusión, lo que deseamos es que te escuches y manejes todas esas emociones con menos autoexigencia y frustración. Por ti y porque tus peques quieren verte a tope. Eso solo pasa cuando nos damos un poco de tregua a nosotros mismos.
Y lo dicho, estas navidades ponte en el centro y vive con tu familia unas fiestas únicas a vuestra manera.
Si te apetece compartir con nosotras tu punto de vista sobre este temazo, nos encantará leerte en comentarios.