El juego de calidad es el que los pequeños realizan, según su momento de desarrollo, según su necesidad interna y sobre todo movido por sus intereses.
No hay más que observar para darse cuenta, cuando un niño está inmerso en el juego de calidad, porque todo su cuerpo, mente y alma están en gran concentración y fluidez. No busca resultados, ni objetivos concretos y salta a la vista que le produce placer y felicidad.
Aquí podéis ver a Martín, cómo juega con los bloques del cuadrado mil formas de su hermana y el arcoíris.
No hay cosa más placentera que ver a un niño jugar así, y por su puesto el gusto con el que el niño está jugando…