Los colegios franceses utilizan desde hace años las construcciones Kapla para que los niños aprendan materias lectivas de forma natural
Quédate con esta frase: “ construyendo, nos construimos a nosotros mismos”. La pronunció Tom van der Bruggen, creador de uno de los mejores juegos de la historia: Kapla.
No es ninguna exageración. A día de hoy, Tom pasea por Mónaco en un Rolls Royce. Para que te hagas idea del éxito mundial de su invento.
¿Por qué? Es prácticamente imposible encontrar otro material como éste, capaz de activar el aprendizaje de un niño a todos los niveles. TODOS.
Pero empecemos por el principio, porque si nunca has oído hablar de Kapla puede que no le encuentres sentido a este arrebato de pasión hacia un juego.
Definitivamente, no es un juguete. Es mucho mejor.
Es un material natural creado por un adulto para una tarea nada infantil: cumplir su sueño de construir su propio castillo medieval en el centro de Francia.
Un castillo real, ¿eh? De piedra, con sus torres y su foso.
Él era Tom van der Bruggen, un comerciante de antigüedades hippie que a los 24 años decidió irse de Holanda para vivir como un trovador francés del siglo XIX.
Compró, por un puñado de francos, un castillo prácticamente derruido y dedicó 20 años de su vida a reconstruirlo.
Para lograrlo, necesitaba crear maquetas que utilizar como modelo.
Y se dio cuenta de que ningún material le resultaba más práctico que cortar pequeñas tablitas de madera, todas iguales, con las que podía representar con total exactitud cualquier elemento constructivo y tener la certeza de que el reparto de pesos era el correcto.
¿Sabes que sucedió?
Sus dos hijos no paraban de jugar con esos ‘materiales de trabajo’ que él había creado para la reconstrucción de su casa.
Podría haberles dicho que apartaran las manos de algo tan serio, pero no lo hizo.
Observó y se dio cuenta de todo lo que sus hijos estaban aprendiendo de manera natural:
Geometría, física, matemáticas, arte, tecnología, lógica, organización, precisión, concentración…
Lo vio tan claro, que vendió su castillo y su piano para crear las primeras 400 cajas de un juego al que llamó “Tablones de elfos”.
Era 1987.
Lo que no se esperaba es que nadie iba a querer comercializarlo.
Le dieron con la puerta en las narices en todo Francia, hasta que un día un profesor vio por casualidad el juego.
Y ocurrió la magia
Docenas de guarderías y escuelas primarias querían un Kapla, después las jugueterías cambiaron de opinión.
Y en Navidad, le encargaron 1.300 cajas entre el alcalde de París y el presidente francés, François Mitterrand, para regalar a su personal.
Llegó a exponer en el Louvre una de sus construcciones con Kapla.
A partir de ahí, el hippy se convirtió en multimillonario por una buena causa:
Había inventado un juego con unos valores pedagógicos extraordinarios que además era respetuoso con el medio ambiente.
¿Qué es Kapla exactamente?
Son pequeñas piezas de madera de pino, extraída de bosques sostenibles de Las Landas.
Todas exactamente iguales. Calibradas con precisión para que el reparto de peso sea exacto.
Es el método perfecto para construir cualquier cosa sin necesidad de uniones ni puntos de fijación.
Sólo apilar las tablillas unas sobre otras y echarle imaginación.
¿Por qué es tan beneficioso para un niño (o adulto)?
- Sirve para aprender a aprender: exige la planificación, revisar constantemente el proceso y evaluar el resultado final.
- Favorece el razonamiento y la comprensión de la física: comprender la realidad, descubrir cómo los objetos se relacionan en el espacio, plantearse preguntas y formular hipótesis.
- Desarrolla las habilidades lingüísticas y comunicactivas: los niños hablarán entre ellos para realizar con éxito esa tarea colectiva. De hecho, tendrán que tomar decisiones en común y argumentar sus opiniones.
- Entrena el cerebro para las matemáticas: a través de la geometría, la física y la tecnología. Al fin y al cabo es un juego de construcción que requiere cálculos.
- Estimula el sentido artístico: ante todo, Kapla da rienda suelta a la creatividad, la imaginación y la creación artística.
- Facilita que los niños sean más autónomos y muestren iniciativa: el niño gana confianza en sí mismo y la autoestima necesaria para enfrentarse a cualquier aspecto de su vida.
Llevábamos mucho tiempo obsesionadas con ofrecerte este material en Alupé porque encaja al 100% con lo que nosotras creemos que es un juego extraordinario:
Abierto, evolutivo, pedagógico y sostenible.
Y por fin lo tenemos aquí >>
Hay varias opciones de juego basadas en el mismo concepto.
Pero aviso: tú también vas a engancharte a él.
Si ya conocías Kapla y lo tienes en tu casa, ¿nos cuentas tu experiencia en los comentarios?
Este año lo pedimos a los Reyes después de que el hijo mayor (ahora 7 años) lo haya estado pidiendo durante dos años. ¿Su experiencia? lo conoció en la escuela y siempre que tenía un rato libre después de terminar sus tareas en clase, se iba al rincón donde guardan Kapla para poder construir. Quería recalcar que su interés viene por lo interesante que les resulta el juego, no porqué tenga altas capacidades ni sea un niño con un interés u obsesión por algo en concreto.