Montessori haría que tu hogar evolucionara a la vez que los niños para favorecer su aprendizaje. ¿Te animas?
Habrás imaginado muchas veces la casa de tus sueños. Pero, ¿sabes cómo es la casa ideal para tus hijos?
No tiene por qué ser muy grande. Ni un parque de atracciones y juegos. De hecho, en la casa perfecta para un niño no habría ni un solo saco lleno de juguetes. Ni uno.
Ten en cuenta que la primera escuela de cualquier niño es su hogar.
Siguiendo algunos consejos de la pedagogía Montessori, puedes conseguir que tu casa evolucione a la vez que tus hijos. Que sea un espacio de aprendizaje en el que afloren sus capacidades.
No hay que gastar mucho dinero. Solo pararse a pensar en los pequeños cambios que pueden ayudarles a crecer.
A la vista, a su alcance
Lo primero que haría María Montessori al entrar a tu casa sería poner algunos juguetes a la vista.
De nada sirve tenerlos guardados en cajones, baúles o cajas cerradas.
Quizá te parezca más estético, pero no es lo mejor para que tus hijos saquen partido a sus juguetes. Lo ideal es que los tengan a la vista y al alcance de su mano.
Te puede resultar útil:
- La parte inferior de la estantería del salón.
- Instalar baldas bajas en algún rincón.
- Liberar algún mueble bajo y dedicárselo a ellos
Su espacio en zonas comunes
¿Dónde pasáis la mayor parte del tiempo? ¿En el salón? ¿En la cocina?
Ahí es donde pondría Monstessori un pequeño espacio de juego para tus hijos.
Si tenemos sitio para recuerdos de viajes, objetos meramente decorativos, libros que un día leímos… ¿No podemos hacer hueco para que nuestros hijos tengan su propio espacio junto a nosotros?
El orden es la clave
Los dos consejos anteriores no implican que tu salón se convierta en un caos de juguetes.
Selecciona unas pocas piezas. Las más adecuadas para el periodo de desarrollo en el que se encuentre el niño. Y colócalas perfectamente ordenadas, a la vista y a su alcance.
Tu hijo está creando su estructura mental. Si su espacio de juego está limpio y ordenado, pondrá orden también en sus ideas.
Si aprende a jugar en el caos, su mente será caótica.
Por esta razón, no es buena idea tener un saco de juguetes al que puedan dar volquete.
Ya sabemos que nuestros hijos acumulan más juguetes de los que necesitan. Puedes hacer dos cosas:
- Rotar periódicamente los juegos. Unos pocos a su alcance. El resto, bien guardados.
- Donar todos los juegos que ya no utiliza.
En línea, no amontonados
No sólo debemos ser cuidadosos al elegir los juguetes de nuestros hijos. La manera en la que presentemos el juguete va a determinar el uso que el niño haga de él.
Lo comentábamos antes: lo mejor es que tu hijo encuentre unas pocas piezas, a la vista, al alcance de su mano y ordenadas.
¿Lo ideal? En línea, unos al lado de otros. Nunca apilados.
Bandejas y cestas abiertas
Un truco: a la hora de colocar los juegos que se componen de varias piezas es útil recurrir a bandejas o cestos abiertos.
De este modo, el niño los tiene a la vista, ordenados, pero puede llevarlos fácilmente desde la balda a su zona de juego.
Y después, volver a poner todo en su sitio, claro. Te pueden resultar útiles estas cestas redondas de yute que son perfectas para el juego heurístico y como cesta de los tesoros.
Muebles de su tamaño
Tener una silla del tamaño del niño no es un capricho. Si puede moverse por su casa con la misma libertad que tú, conseguirás un niño autónomo.
Montessori: «Ayúdame a hacerlo por mí mismo»
No es buena idea que tu hijo te tenga que pedir ayuda para todo.
Facilita sus movimientos con algún mueble de su tamaño y con un banco que le permita llegar, por ejemplo, al lavabo.
Portadas a la vista
La forma más habitual de poner los libros en una estantería no es la mejor para un niño.
Tú reconoces un libro leyendo el lomo, pero un niño necesita ver la portada para querer cogerlo.
Por eso, debemos colocar sus cuentos en la balda con la portada hacia adelante.
Las estanterías de pared son una buena solución para los libros.
Un cubo con alfombrillas
Puede que te sorprendas con este otro truco: Montessori pondría, junto a tus baldas de juegos, un cubo con alfombrillas.
Les explicaría a tus hijos que antes de empezar a jugar deben:
- coger su alfombra,
- extenderla sobre el suelo,
- coger un juguete y
- jugar sobre ella.
Cuando asimilen estas reglas del juego, habréis dado un paso de gigante en favor del juego ordenado y educativo.
Eso es juego de calidad. Juego para crecer.
Distintos ambientes
Los niños saben respetar las reglas del juego si se las explicas. Por eso es útil dividir sus juegos por ambientes.
No es lo mismo un juego creativo, que uno de construcción o leer un cuento, ¿verdad? La forma de enfrentarnos a cada actividad es diferente.
La actitud también se aprende.
Crea, por ejemplo, una pequeña zona de lectura. Será un lugar en el que guardar la calma y estar tranquilos. Esas son las reglas del juego. Lo entenderán.
Ya ves que no hace falta gastar demasiado dinero.
Sólo ir haciendo pequeños cambios que hagan evolucionar los espacios. Cada uno de ellos es un salto de calidad en el día a día de tus hijos.
¿Has tenido en cuenta alguno de estos trucos para organizar tu casa? ¿Qué tal el resultado?
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Me ha encantado el artículo. Les felicito.
También he encontrado una página que habla de cómo crear rincones y ambientes Montessori que es muy interesante; sobretodo su blog.
Se la facilito por si alguien está interesado, esta se llama https://www.rinconmontessori.com
Sigan así.